Te doy la más cordial bienvenida al blog de Inteligencia Emocional que he diseñado para ti y para todas aquellas personas interesadas en el tema. Aquí podrás conocer los elementos que componen este concepto y temas relacionados con el mismo. Pero lo más importante, te darás cuenta del por qué es tan importante su aplicación en la vida cotidiana de cualquier ser humano.

Espero te guste y ojalá me puedas dejar algún comentario para mejorar este espacio.

Te mando un saludo

Hugo Morales







lunes, 15 de febrero de 2010

Definiciones de empatía

I. EMPATÍA: UNA PERSPECTIVA PSICOANALÍTICA. Morris Eagle y David L. Wolitzky
Como introducción a la visión propiamente psicoanalítica del concepto de empatía, el artículo de Eagle y Wolitzky se propone discutir la naturaleza de la empatía y el papel que ésta juega en la teoría y la práctica del psicoanálisis.
Ya desde el primer momento la empatía, que en general se entiende en el sentido de la acción o actitud de ponerse en el lugar de otro para verle desde su marco interno de referencia, presenta ciertas dificultades en cuanto tratamos de definirla desde una perspectiva psicoanalítica.

Distintos autores enfatizan aspectos diferentes del significado y papel de la empatía en el escenario psicoanalítico, aunque existe una cierta convergencia en cuanto a la necesidad de hallar una distancia óptima que permita entender la experiencia y realidad subjetiva del paciente sin sobreidentificarse con él. También parece haber acuerdo en cuanto a la diferencia entre empatía y simpatía, así como una cierta preocupación por no confundir la empatía con lo que uno mismo sentiría si se encontrara en la situación del otro. Se hace hincapié en que la empatía supone siempre la comprensión del otro como sujeto de la experiencia y no como un objeto cuyo comportamiento se observa desde un marco de referencia exterior.

Usos del concepto de Empatía
Los autores describen seis distintos usos del término. El primero de ellos ve la empatía como una capacidad de base genética para entenderse, relacionarse y reaccionar a los demás, se considera que se desarrolla en un continuo, apareciendo ya desde los primeros meses de vida, aunque mostrándose en muy diferente grado en los distintos individuos. Hoffman, en este sentido, la entiende como subordinada a la capacidad, también de base genética, para el altruismo.

Un segundo uso correspondería a la empatía entendida como un método de observación y recopilación de datos, concepto éste que correspondería con la definición de psicoanálisis dada por Kohut, según la cual se trataría de una disciplina que basa sus observaciones en la introspección y la empatía.

La empatía, en tercer lugar, puede ser entendida como un modo de escucha que, según Schwaber, es característico del psicoanalista, y supone un continuo intento de entender la realidad subjetiva del otro.

En un cuarto uso, también atribuible a Kohut, la empatía sería una necesidad del desarrollo. La experiencia que tiene el bebé de la especularización empática de su cuidador sería un ingrediente necesario para el desarrollo de un self cohesivo.
En quinto lugar, se puede poner el énfasis en la empatía como dimensión de la comunicación, de tal manera que, al margen de los métodos usados para la comprensión del otro, la comunicación del conocimiento adquirido puede hacerse o no de manera empática. En este sentido, Schlesinger afirma que "la capacidad para comunicarse empáticamente con los pacientes es la base del psicoanálisis y de las terapias psicoanalíticas".

Por último, especialmente en el trabajo de Kohut (y de Rogers, desde fuera del psicoanálisis), la empatía se considera un agente terapéutico central, de manera que el terapeuta satisface una necesidad que fue desatendida de manera traumática por los padres.

- Concepciones restringidas frente a concepciones amplias de la empatía.
En la discusión anterior se define la empatía en términos de captación de la experiencia consciente de otro, lo que puede ser demasiado restringido. Cuando se menciona en algunas definiciones de empatía la "realidad subjetiva" o el "mundo interno" de otro nos hallamos ante cierta imprecisión. Hay autores como Berger que afirman que el analista empatiza no sólo con el estado mental actual y las preocupaciones del paciente, sino también con "conflictos y contenidos rechazados, y operaciones defensivas, como la represión, la negación y la regresión". El problema se complica cuando este autor defiende también otras concepciones de la empatía más restringidas, como la de "capacidad de ponerse en el lugar del otro": ¿Focalizar sobre los contenidos rechazados de otro es ponerse en su lugar?. Parecería que Berger, junto con otros autores, al considerar que los procesos defensivos, las presiones del superyó, las representaciones del self, etc., se refieren a lo que ocurre dentro de una persona, llega a la conclusión de que tanto el conocimiento y la comprensión sobre estos procesos como el que se obtiene sobre la persona en la cual ocurren constituye un conocimiento adquirido de manera empática. Eagle y Wolitzky, sin embargo, sostienen que una definición tan inclusiva del concepto de empatía corre el peligro de dejarle sin significado. Por otro lado, autores como Beres y Arlow consideran que el terapeuta puede empatizar con el modo de sentirse el paciente si y cuando hiciera conscientes los contenidos mentales que están siendo rechazados en la actualidad. Si consideramos que el hecho de que el paciente se sienta entendido es un buen criterio de que el analista está siendo empático, entonces se puede aceptar que, más allá de limitar la condición de empáticas para las intervenciones que dan cuenta de experiencias egosintónicas, se puede afirmar que el terapeuta está siendo empático incluso cuando interpreta material inconsciente o egodistónico, siempre que esté siendo capaz de ponerse en el lugar del paciente que tiene que hacerse cargo de ese material.


- Límites al concepto de empatía.
De todos los desarrollos anteriores, los autores concluyen que se puede acotar el uso del concepto de empatía a su aplicación a aquellos fenómenos mentales susceptibles, en principio, de ser experimentados conscientemente, aunque no lo sean en el momento actual. Así pues, no se podría empatizar con los procesos defensivos automáticos de otro, aunque sí con las preocupaciones y miedos que hayan motivado esos procesos y con como el individuo se sentiría si dejaran de operar. Por ello, habría que dejar de considerar empática cualquier actividad por el mero hecho de que pretenda comprender los procesos mentales de otro, ya que esto puede hacerse de manera empática o no.

II) EMPATÍA: LA CONTRIBUCIÓN DE HEINZ KOHUT. David S. MacIsaac
Heinz Kohut muere en 1981 después de enviar su último trabajo, "Reflexiones sobre la empatía", a un congreso de Psicología del Self. En sus observaciones resumía y comentaba su pensamiento alrededor de este tema al que había dedicado la mayor parte de su vida profesional. Se sentía responsable de las muchas malas interpretaciones que se habían hecho del término, tanto por parte de sus seguidores como de sus críticos. Estaba especialmente preocupado porque las generaciones que le sucedieran pudieran entender que la empatía no es una manera de ser "amable" o de "curar a través del amor", sino que más bien es la llave que permite avanzar en la comprensión profunda del mundo interno del ser humano.

La empatía: dos definiciones.
Kohut dedicó muchos de sus escritos a refinar su definición de empatía y a mostrar su aplicación a la clínica. Pero hay una dificultad importante en la obra de Kohut, y es que define el concepto desde dos distintos niveles: el abstracto y el clínico.

-Definición abstracta.
En un ensayo de 1959, Kohut define la empatía como "introspección vicaria", ya que sólo mediante la introspección en nuestra propia experiencia podemos aprender cómo se debe de sentir otra persona en una circunstancia psicológica similar. No quiere esto decir que nuestra experiencia sea la misma que la del otro, sino sólo que la similaridad de las experiencias nos permite aproximarnos a la experiencia del otro.
Desde esta definición, Kohut considera la empatía como la "herramienta", "instrumento" o "método" de observación a través de la cual la ciencia del psicoanálisis recopila sus datos. Sólo por medio de la introspección y de la introspección vicaria somos capaces de observar el mundo interno de la persona. Esta metodología contrasta con la de las ciencias físicas en las que los datos se recopilan a través de los sentidos. Es por ello que Kohut considera al psicoanálisis la única "psicología pura" cuando la define por los dos componentes esenciales a cualquier ciencia: su campo de estudio, esto es, los complejos estados del mundo interno de la persona; y su metodología (la introspección y la empatía).
Kohut estaba preocupado con que el psicoanálisis se había desviado de la metodología original que permitió a Freud sus tempranos descubrimientos de la transferencia, contratransferencia y resistencia, y estaba seguro de que ciertos conceptos del psicoanálisis contemporáneo eran extraños a esta ciencia por derivarse de metodologías más apropiadas para otras, como la sociología, biología o física. Kohut cuestiona los conceptos de pulsión sexual y pulsión de muerte aunque, siendo consciente de que este asunto había estado en el origen de varios cismas entre Freud y sus discípulos, aclaró que no negaba la observación de un estado psicológico pulsional, lo que podía ser observado mediante introspección y empatía, sino que objetaba un concepto que Freud y sus seguidores suponían que se originaba en ciertas fuentes somáticas. Él creía que el concepto de "pulsión" pertenecía más a la psicobiología que a la ciencia de la psicología pura, o psicoanálisis.
Es así como MacIsaac considera que el ensayo del 59 supone un punto de inflexión tanto en el pensamiento de Kohut como en el desarrollo del psicoanálisis, ya que establece el enlace esencial entre la teoría y el método de observación. Kohut mantiene que la Psicología del Self es una teoría "cercana a la experiencia" porque sus constructos se derivan de datos que se recopilan a través de la introspección y la empatía, y por ello es la teoría alternativa a la del aparato psíquico del psicoanálisis tradicional, reflejando el concepto de self más ajustadamente la experiencia humana que los de ello, yo y super-yo.

- Definición clínica.
Posteriormente en su obra, Kohut propone una definición más pragmática de empatía cuando afirma que "es la capacidad de pensar y sentir dentro del mundo interno de otra persona". La empatía sería lo que permitiría a un individuo sentir la experiencia de otro sin perder la capacidad para evaluar objetivamente los estados mentales de ese otro. Simplemente se trata de una observación "cercana a la experiencia".

Kohut aclaró que la empatía no debe ser asimilada a una acción o cualidad en las interacciones de una persona, lo que comúnmente se identifica con amor, compasión o cualquier otra emoción intensa, pero a la vez reconoce que sólo cuando una persona puede ponerse en el lugar de otra, o ver el mundo a través de sus ojos, es capaz de dar una respuesta adecuada. El ejemplo es claro, la empatía materna informa a la madre de que el llanto del bebé indica que está hambriento, pero no es la empatía lo que satisface esa hambre, sino una acción. A su vez, esa acción para satisfacer al bebé ha de ser guiada por la empatía

Por ello, la empatía en sí misma, como método de observación, es neutral; sólo las acciones que se derivan de ella pueden ser positivas o negativas. El uso particular de la empatía viene determinado por la naturaleza de la relación y las motivaciones conscientes e inconscientes de las personas implicadas. Kohut, lo que puede resultar sorprendente, afirma que, incluso en situación extrema, como la de un adulto que usa la empatía con propósitos sádicos sobre un niño, la mera presencia de empatía en el medio tiene un efecto más humanizador que la indiferencia de un padre "emocionalmente ausente": textualmente, "es preferible ser asesinado por alguien que nos odia que vernos expuestos a la indiferencia de nuestros perseguidores".

Enemigos del pensamiento

(Creencias, condicionamientos o programas poco productivos de nuestra cultura tradicional)

NO PIENSES. Este programa ocasiona pereza mental y el consecuente descuido de nuestros problemas. Los promueve el autoritarismo y la sobreprotección.

PEREZA MENTAL. También por falta de disciplina y perseverancia las personas se someten a la ley del menor esfuerzo.

APURATE. Para no parecer tontos tenemos que apresurarnos a resolver sin un buen planteamiento, suficiente información y un análisis exhaustivo.

CONSEJO. Dejamos de pensar cuando supeditamos nuestras reflexiones, decisiones y experimentación al parecer de otros, que resuelven y dictaminan lo que debemos hacer o no hacer con nuestros problemas y responsabilidades inherentes. Con este mecanismo suspendemos la investigación y el análisis; evitamos el ensayo y error, la experiencia propia y la responsabilidad.

EXCUSA. Es un motivo o pretexto que invocamos o utilizamos para tranquilizar al pensamiento, pretendiendo, muchas veces sin darnos cuenta, que con la excusa resolvemos el problema.

ES DIFÍCIL. Este decreto es la excusa más común para no pensar y tiene sus formas tradicionales de expresión como: estoy tratando y haciendo un gran esfuerzo; cuando en realidad hacen poco o nada, ya que están disculpados de antemano: “es muy difícil”.

PREJUICIO. Cuando se defiende por costumbre y con emoción un esquema preestablecido. No se puede siquiera sugerir un nuevo planteamiento aunque se demuestre reiteradamente la obsolescencia del modelo en uso.

PASARSE DE LISTO. Muchos se acostumbran a resolver los problemas con estrategias intuitivas, sin reflexión y perjudicando a terceros. Encuentran la forma de que los demás no se den cuenta de lo que hacen. Es un camino fácil. Utilizan la manipulación, el fraude o el robo para “irla pasando”, sin darse cuenta de los programas que construyen y consolidan en su cultura personal.