Te doy la más cordial bienvenida al blog de Inteligencia Emocional que he diseñado para ti y para todas aquellas personas interesadas en el tema. Aquí podrás conocer los elementos que componen este concepto y temas relacionados con el mismo. Pero lo más importante, te darás cuenta del por qué es tan importante su aplicación en la vida cotidiana de cualquier ser humano.

Espero te guste y ojalá me puedas dejar algún comentario para mejorar este espacio.

Te mando un saludo

Hugo Morales







viernes, 22 de enero de 2010

La Inteligencia Emocional y su utilidad para prevenir adicciones y otros problemas psicosociales

Hugo César Morales Ortiz

A pesar de la importancia de las emociones en la vida cotidiana, de su influencia en la conducta y de los efectos que puede llegar a tener tanto a nivel físico como psicológico, es muy poca la atención que le damos, no sabemos discriminarlas, identificarlas y peor aún, en gran medida somos incapaces de controlarlas y regularlas.
En la actualidad en diversos ámbitos y en especial en el educativo, se ha dado primordial énfasis al desarrollo de funciones eminentemente cognoscitivas, como la memoria, el razonamiento, la percepción, las funciones intelectuales de análisis y síntesis, y otras que resultan fundamentales para el aprendizaje curricular. Sin embargo, el interés por la implementación de programas tendentes a desarrollar habilidades psicosocioemocionales, es decir, de lo que ahora se conoce como Inteligencia Emocional (IE) ha sido escaso o prácticamente nulo a pesar de que ésta puede incidir de gran manera en la prevención de diversos trastornos y problemas psicosociales, incluidas las adicciones.
Una persona que es incapaz de regular sus emociones básicas como la ira, el miedo, la tristeza, la alegría, el afecto o el amor, puede caer en una serie de problemáticas personales, familiares y sociales, y ser susceptible a caer en una adicción química o emocional.
Francisco Sierra y Purificación Borrego (2004) hablan de las conductas autodestructivas que se pueden llegar a dar, al no saber las personas cómo afrontar situaciones difíciles en la vida. Sus deseos, necesidades, las exigencias externas e internas, los temores, separaciones, duelos, frustraciones, inseguridades, dependencias, carencias, provocan un conjunto de emociones difíciles de manejar y de no muy fácil asimilación, sobretodo si su educación no ha tenido en cuenta que éstas podrían ser circunstancias vitales con las que seguramente se encontrará.
En ese aspecto, la Inteligencia Emocional, se puede considerar como un factor o un conjunto de factores psicosocioemocionales de protección de primer orden, puesto que preparan al individuo para afrontar situaciones difíciles en cualquier momento de su vida. Una persona con IE elevada es capaz de discriminar e identificar sus emociones y las de los demás, puede regular y manejar sus emociones y cuenta con una mayor comprensión de sí mismo y de las personas que le rodean.
Diversos investigadores son conscientes de la utilidad práctica y el beneficio personal que se puede obtener con la formación y mejora de la IE tanto para mejorar el rendimiento académico como la ejecución laboral (Goleman, 1997; Cooper y Sawaf, 1997).
Goleman por su parte, la considera un factor clave para lograr el éxito en el aspecto práctico de la vida.
Cortés, Barragán Y Vázquez (2002) afirman que el coeficiente intelectual no predice adecuadamente el desempeño académico o laboral. Muchas personas con un coeficiente intelectual alto fracasan en los aspectos sociales y prácticos de la vida. No obstante, un alto coeficiente emocional es predictor de un buen coeficiente intelectual.
En el área del trabajo y las organizaciones se ha mostrado la utilidad práctica que tiene la IE en el desempeño laboral. El conjunto de habilidades que representa la IE, capacita a la persona para escuchar y comunicarse de forma eficaz, para adaptarse y dar respuestas creativas ante los obstáculos, controlarse a sí mismo, inspirar confianza y motivar a los demás.
Si bien es cierto que son muchos y muy variados los beneficios que brinda la Inteligencia Emocional en diversos ámbitos de la conducta humana, es indispensable conocer su definición y elementos que la componen para delimitar los alcances que ésta puede llegar a tener.
El término Inteligencia Emocional fue acuñado por Salovey y Mayer en 1990, y popularizado por Goleman a partir de 1996. Mayer y Salovey definían inicialmente la inteligencia emocional como la "habilidad para manejar los sentimientos y emociones propios y de los demás, de discriminar entre ellos y de utilizar esta información para guiar el pensamiento y la acción de uno mismo y de los demás". Estos autores se refieren a cualidades como la comprensión de nuestros propios sentimientos, la empatía por los sentimientos de los demás y "la regulación de la emoción de forma que intensifique nuestras vidas". Esta definición se centra, principalmente, en la percepción y regulación de la emoción.
Más recientemente, Mayer y Salovey (1997) dan un mayor énfasis al pensamiento sobre los sentimientos. De esta forma, su definición actualizada es la siguiente:

- La IE supone la habilidad de percibir de forma correcta, evaluar y expresar las emociones.
- La habilidad para acceder a y/o generar los sentimientos cuando pueden facilitar el pensamiento.
- La habilidad para comprender las emociones y la conciencia emocional.
- Y la habilidad para regular las emociones con el objetivo de crecer emocional e intelectualmente.

La capacidad de identificar y discriminar nuestras propias emociones y las de los demás, la capacidad de manejar y regular esas emociones y la capacidad de utilizarlas de forma adaptativa son tres elementos centrales de las definiciones y teorías desarrolladas para explicar la IE.
En este punto, es importante hacer notar que la Inteligencia Emocional es una capacidad, un conjunto de habilidades psicosocioemocionales, por lo que es posible su desarrollo y mejora en personas de cualquier edad.
Sin embargo, para poder desarrollar la IE es indispensable trabajar con los factores que la conforman.
Estos factores, de acuerdo con el Perfil de Inteligencia Emocional desarrollado en el 2002 por Cortés Sotres, Barragán Velásquez y Vázquez Cruz, para medir la IE son las siguientes: empatía, habilidad social, optimismo, expresión emocional, reconocimiento de logro, autoestima, nobleza e inhibición de impulsos. Aunque de acuerdo al trabajo que hemos desarrollado con estudiantes de nivel bachillerato (Morales Ortiz, García Rosete y Badillo Hernández, 2005) es necesario considerar también a la asertividad como otro elemento importante.
Lograr niveles adecuados de estos factores, llevará al desarrollo de la Inteligencia Emocional en los individuos, logrando además con ello, un fomento en la creatividad, la motivación y la comunicación para responder con más elementos a los desafíos de la vida cotidiana y coadyuvando a la prevención y tratamiento de las adicciones y otro tipo de problemas psicosociales.


Bibliografía
Morales Ortiz, H., Badillo Hernández, M del S. y García Rosete, J.; Programa Académico del Curso-Taller: Habilidades para el Manejo de la Inteligencia Emocional. Colegio de Ciencias y Humanidades, UNAM, 2005
Cortés Sotres, Barragán Velásquez y Vázquez Cruz. Perfil de Inteligencia Emocional: Construcción, Validez y Confiabilidad. Revista de Salud Mental, Vol. 25, No. 5, octubre 2002
Domínguez, Benjamín. Guión para el video de Inteligencia Emocional para futuros profesionistas e industriales. Facultad de Psicología, UNAM. Inédito, 2006
Goleman, Daniel. La inteligencia emocional. Ed. Vergara, 27ª. Edición, 2001.

Sierra Luque, Francisco y Borrego García, Purificación. Educación Emocional y Prevención de Adicciones. España. 2004

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